"¿Por qué ha permitido Dios que me ocurra esto a mí?

...ejemplos de aflicciones y sufrimientos inexplicables podrían llenar los estantes de la biblioteca más grande del mundo, y cada persona sobre la faz de la tierra, podría contribuir con sus propias ilustraciones. No es fácil el racionalizar las guerras, el hambre, las enfermedades, los desastres naturales y las muertes prematuras. Pero las desdichas de esta clase, en gran escala, a veces inquietan menos a la persona que las circunstancias con que nos enfrentamos personalmente cada uno de nosotros. ¡Cáncer, insuficiencia renal, enfermedades cardíacas, síndrome de muerte infantil repentina, parálisis cerebral, mongolismo, violación, soledad, rechazo, fracaso, infertilidad, viudez! Estas, y un millón de otras fuentes de sufrimiento experimentado por los seres humanos, plantean preguntas inevitables que inquietan el alma. 
"¿Por qué ha permitido Dios que me ocurra esto a mí?" Esta es una pregunta a la que todos los creyentes, y muchos incrédulos, se han esforzado por contestar. Y contrario a lo que las enseñanzas de algunos cristianos en ciertos círculos, típicamente, el Señor no se apresura en explicar lo que él está haciendo. Si usted cree que Dios tiene la obligación de explicarnos su conducta, usted debiera examinar los siguientes pasajes de la Biblia: 

  • Salomón escribió en Proverbios 25:2: "Gloria de Dios es encubrir un asunto..."
  • Isaías 45:15, declara: "Verdaderamente tú eres Dios que te encubres..."
  • En Deuteronomio 29:29 (LBLA), leemos: "Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios..."
  • Eclesiastés 11:5, proclama: "Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas".
  • Isaías 55:8-9 (LBLA), enseña: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".

Desde luego, la Biblia nos dice que nosotros carecemos de la capacidad para comprender la mente infinita de Dios o la manera en que él interviene en nuestras vidas. Qué arrogantes somos cuando pensamos lo contrario. Tratar de analizar su omnipotencia es como si una ameba tratara de comprender el comportamiento del ser humano.
Romanos 11:33, indica que los juicios de Dios son "insondables", y sus caminos "inescrutables". Una manera de hablar parecida a ésta, la encontramos en 1 Corintios 2:16 (LBLA), donde dice: "Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor, para que le instruya?"
Por supuesto, a no ser que Dios escoja explicarnos su comportamiento, lo cual no suele hacer, sus motivos y propósitos están fuera del alcance de nosotros los seres mortales. Lo que esto quiere decir, en términos prácticos, es que muchas de nuestras preguntas, especialmente las que empiezan con las palabras por qué, tendrán que quedarse sin respuesta por ahora.

El apóstol Pablo se refirió al problema de las preguntas sin contestar, cuando escribió: "Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Corintios 13:12). Pablo estaba explicando que no tendremos el cuadro completo hasta que estemos en la eternidad. De ahí se deduce que debemos aprender a aceptar nuestra comprensión parcial.

Dobson James. Cuando lo que Dios hace no tiene sentido. Unilit, 1993. pp16-18

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