La actitud en la oración - J. Vernon McGee

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. (Lucas 18:1)

El capítulo diecisiete de Lucas termina con un discurso sobre los últimos días y el hecho de que Jesús vendría de nuevo. Y Él comparó los últimos días a los días de Noé, que serían días difíciles—días que no serían favorables a la fe. Entonces les habló acerca de una vida de fe en los días que carecen de fe. Por eso es tan pertinente para esta hora. Estamos viviendo en los días, como Él indicó, cuando los corazones de la gente les fallen por temor. Lo que tenemos en la primera parábola de Lucas 18 es un párrafo pertinente sobre la oración para la hora presente. Note que Lucas dice que Jesús les contró una parábola con este fin; esto es, con este propósito, que la gente siempre debe orar y no desmayar.

Él abre dos alternativas a cualquier hombre que vive en días difíciles. Usted y yo tendremos que hacer una de las dos. Usted tendrá que decidir qué va a hacer. La gente en los días difíciles o desmayará o orará. O bien habrá días de miedo o días de fe.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el bombardeo fue tan intenso en la ciudad de Londres, un anuncio apareció al frente de una de las iglesias en Londres que dijo, “Si sus rodillas tiemblan, ¡arrodíllese en ellas!” Esto es prácticamente una repetición de lo que nuestro Señor ha dicho, “La gente siempre debe orar y no desmayar.”

Es el mismo pensamiento que Pablo expresó, pero con palabras diferentes, “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Esto no significa que debe ir a una reunión de oración que dura todo el día o toda la noche. La oración es una actitud de la vida. Es más una actitud de vida que una acción de los labios. Recuerde que Pablo dijo a los romanos, “…el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26). Y muchas veces no tenemos las palabras para orar, pero sin embargo estamos orando. Y es la vida entera que está detrás de las palabras habladas que hace que la oración sea eficaz.

Hubo un famoso predicador, hace años en el estado de Georgia, que tuvo muchas expresiones muy inusuales. Una de ellas fue ésta, “Cuando un hombre ora por una cosecha de maíz, Dios espera que diga Amén con una azada.” No se puede quedar en las rodillas todo el tiempo y orar por una cosecha de maíz. Eso es una tontería piadosa. Sin embargo, orar por la cosecha de maíz y luego ir a trabajar es lo que nuestro Señor está diciendo en los días en que los corazones de la gente les fallen.

“La gente siempre debe orar y no desmayar.”

—De Mensajes Editados sobre Lucas por J. Vernon McGee

El Dr. J. Vernon McGee es el fundador y escritor de los materiales del popular programa “A Través de La Biblia” que produce, emite y distribuye Radio Trans Mundial.

Fuente: RTM.

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