Estos son algunos apartes del prólogo que hace Plutarco Bonilla de este cuaderno:
Saramago, a cuyas virtudes como eximio escritor no es necesario añadir elogios, se nos presenta, al ver el conjunto creador-creación, como personaje un tanto paradójico. Comunista por convicción -aunque libre de ataduras sectarias, lo que le permitió mantener íntegro su espíritu crítico-, se confesaba asimismo ateo. Afirmaba, en efecto, creer que Dios no existe. Y como no existe, tampoco existe, para él, la irreverencia. Esta lo será para los que sí creen en la divinidad.
No obstante, en dos de sus libros, muy conocidos –Caín, el último que escribió (2009), y el publicado dieciocho años antes, El evangelio según Jesucristo (1991)- el tema religioso no es ni tangencial ni secundario, pues se constituye en el núcleo que le da sentido a las respectivas tramas de dichos textos. En cuanto al segundo de los libros mencionados, el mismo título es suficientemente elocuente, aunque lo son más las palabras que se registran al final de la obra, cuando se dice que hay que perdonar a Dios, porque es él quien no sabe lo que hace.
En Caín, Dios y Caín (o, como suele escribir el autor: “dios” y “caín”, son los personajes centrales, los protagonistas del drama. Podría decirse que toda esta obra, en la que el hijo de Adán y Eva es misteriosamente transportado por diversas épocas y a diferentes escenarios geográficos, no es más que el diálogo, frecuentemente erizado y lleno de acusaciones mutuas, entre Dios y Caín. O quizás sea, tal como sostiene el narrador desde una perspectiva más amplia, la expresión literaria de que “La historia de los hombres es la historia de sus desencuentros con dios, ni él nos entiende a nosotros ni nosotros lo entendemos a él” (pág. 98).
Y el narrador se ha definido a sí mismo con estas palabras: “simples repetidores de historias antiguas que somos” (pág. 113).
¿Cómo conjugar el ateísmo confeso de Saramago con esta cuasi obsesión con Dios, de quien ha dicho que en la sociedad actual no es él “un” problema sino “el” problema? Material hay, en la prolífera pluma del Premio Nobel de 1998 para llenar una buena cantidad de páginas con el análisis del tema de la presencia de Dios en la obra de este autor. Pero no va por ahí nuestra intención.
Cuadernos de Ateneo Teológico - Lupa Protestante
El dios violento, según el Caín de Saramago
Barcelona - Catalunya - España - 2010
Si el vínculo no funciona puede ver el documento AQUI.
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario