El peligro de ser respetados - Harold Segura

Eran otras épocas. Entonces el pueblo evangélico en América Latina era una minoría, víctima de permanentes persecuciones y sin ningún atractivo para el poder político. Hoy, la situación es diferente. La fuerza de los números nos distingue, representamos un importante caudal electoral, poseemos grandes templos, administramos importantes medios de comunicación y se nos tiene en cuenta a la hora de hacer negocios; somos "segmento significativo del mercado".

Aún hay quienes hace no mucho se atrevían a pronosticar que seríamos la mayor fuerza religiosa del Continente. Un obispo (católico) en el Brasil advertía que Latinoamérica se estaba convirtiendo al protestantismo más rápidamente que Europa Central en el siglo dieciséis.

Nuestra nueva ubicación socio-religiosa la hemos recibido, como era de esperarse, con desbordado triunfalismo, mucho entusiasmo y no poca ingenuidad.  Para algunos es signo evidente del avivamiento que tanto habíamos anjhelado; para otros es señal de que hemos entrado en los último tiempos y de que el fin se ha acercado. Y no han faltado los sociólogos que piensen que este crecimiento no es más que un reflejo decadente de la religiosidad latinoamericana, que sigue siendo mayoritariamente católica y que ahora se está mutando en variadas formas...

Leer más en Lupa Protestante.
Si el vínculo no funciona puede ver el documento AQUI.
...

No hay comentarios:

Publicar un comentario